En el marco del "2° Congreso de Economía y Finanzas del NOA", organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) en Tucumán, el analista político y director asociado de Synopsis Consultores, Lucas Romero, ofreció una detallada exposición sobre la coyuntura económica y política de Argentina. Durante su disertación, Romero abordó la incertidumbre que atraviesa el país, la dinámica de un gobierno con limitada fortaleza legislativa y la pregunta clave: ¿estamos ante una transición pasajera o el inicio de un ciclo político duradero?.
Romero comenzó destacando la importancia de que economía y política dialoguen: “Me parece una gran idea poner a la política y a la economía a dialogar, porque, como siempre, o quizás más que nunca en Argentina, ese diálogo es clave para entender hacia dónde vamos”. Citando una conocida frase del mundo financiero —“peor que malo es incierto”—, el analista señaló que esta premisa aplica también a la política: “Frente a lo malo, al menos puedo diseñar una estrategia para minimizar costos. Pero lo incierto no deja que lo bueno termine de ser bueno”. En este sentido, afirmó que, aunque la coyuntura actual es mejor que la de hace dos años, “no termina de convencer porque es incierto si esto bueno va a seguir ocurriendo”.
El politólogo identificó una “incertidumbre estructural” en el escenario político: “No sabemos si estamos ante una transición, un periodo corto de cambios, o el inicio de un ciclo político más duradero”. Esta disyuntiva, según Romero, está presente incluso en el debate público, donde el oficialismo insiste en que “esto es distinto, va a durar, tengan confianza”, mientras que la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner advierte que “esto se cae”. En sus palabras, “en la crítica de Cristina está implícita una aprobación de lo que está pasando, como si lo que ocurre estuviera bueno, pero su preocupación es que no dure”.
Romero explicó que el sistema político argentino enfrenta un desafío clave: la “restricción decisional” del gobierno de Javier Milei, caracterizado por una “hiperminoría” legislativa tras su victoria en el balotaje de 2023 con solo el 30% de los votos. “Este presidente irrumpió, se metió en el balotaje, ganó, pero llegó con muy poca fortaleza legislativa”, señaló. Para ilustrar esta limitación, compartió datos contundentes: Milei firmó 33 Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) en su gestión, un ritmo que, anualizado, alcanza los 49 DNU por año, cercano al promedio de presidentes en contextos de emergencia como Néstor Kirchner o Eduardo Duhalde. Además, destacó que el Congreso produjo en 2024 la menor cantidad de leyes para un primer año de mandato presidencial, con solo cinco leyes nuevas en 2025, de las cuales tres fueron vetadas.
“El proceso de toma de decisiones está transitando un canal de excepcionalidad”, afirmó Romero, subrayando que la falta de mayorías legislativas obliga al gobierno a buscar estrategias para superar esta restricción. En este contexto, analizó la estrategia política de Milei: “¿Está Milei agrandando su minoría del 30% para construir una mayoría sólida, o está centrifugando la escena política?”. Según el analista, el presidente opta por una polarización deliberada: “Milei dice ‘el que quiere subirse a este barco, bienvenido; el que no, está del otro lado’. Es una estrategia de polarización para conquistar apoyos por el espanto, no por el encanto”.
Romero presentó datos de encuestas que muestran un nivel de apoyo al gobierno de Milei sostenido en 46,6% desde enero de 2024 hasta junio de 2025, superando los niveles de Mauricio Macri y Alberto Fernández en períodos similares. Sin embargo, advirtió que traducir este apoyo en bancas legislativas es un desafío, ya que las elecciones de medio término son “24 elecciones simultáneas” y la oferta electoral en cada distrito será clave. “¿Se aliará el oficialismo con fuerzas locales en provincias como Mendoza o Jujuy, o irá con una oferta propia ‘color violeta’? Esa es la pieza que falta para proyectar si Milei logrará una mayoría”, explicó.
El analista concluyó que, incluso con un buen resultado electoral, el gobierno no alcanzará mayorías propias en el Congreso. En Diputados, proyectó un oficialismo con entre 85 y 100 bancas, lejos de las 129 necesarias para una mayoría, mientras que en el Senado la situación es aún más complicada, con solo seis senadores propios y dificultades para alcanzar el tercio defensivo. “El gobierno deberá seguir ofreciendo soluciones económicas para sostener el apoyo y negociar acuerdos legislativos”, afirmó, destacando que la consolidación de este ciclo político dependerá de la capacidad de Milei para demostrar que “esta vez es distinto”, frente a las dudas sobre la sostenibilidad de los logros económicos.